ORIGEN DEL SWING CRIOLLO COSTARRICENSE y su HISTORIA


Casi todos los países del mundo tienen dentro de su folklore un baile o danza típica que los representa.  

En España el FLAMENCO, en Argentina el TANGO, en Brasil la SAMBA, Venezuela tiene El JOROPO, Rep. Dominicana el MERENGUE y así podríamos seguir con una lista inmensa de bailes criollos de cada país.

En Costa Rica tenemos el Punto Guanacasteco y el Swing Criollo o Swing Costarricense como también se le llama. 

El primero es un baile típico más que todo de la provincia de Guanacaste y el segundo es un baile popular que se baila en casi todos los salones de baile de Costa Rica.  

Y en este post nos enfocaremos a hablar del Origen del Swing Criollo Costarricense, el Baile Patrimonio Inmaterial de Costa Rica.


ORIGEN DEL SWING CRIOLLO COSTARRICENSE Y SU HISTORIA


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En este artículo sabrás:


  • el origen del Swing Criollo Costarricense
  • De dónde surgió el Swing Criollo, 
  • Discotecas antiguas donde se bailaba
  • Promotores del Swing Criollo
  • Y el proceso, cómo y cuándo se declaró Patrimonio Intangible de Costa Rica.


Qué es el Swing Criollo y su origen


El Swing Criollo es un estilo de bailar la cumbia en Costa Rica que empezó a gestarse allá por la década de los 50s como resultado de la combinación de la cumbia Colombiana y el swing de Estados Unidos (swing de las grandes bandas). 

Ambos ritmos musicales se conjugaron para dar origen a melodías innovadoras que requirieron otro tipo de movimientos corporales y pasos de baile. 

Esto a su vez requirió de contextos sociales específicos como los salones de baile de San José, en donde se reunían grupos de personas provenientes de sectores trabajadores; quienes acudían a estos lugares porque encontraban en ellos un espacio de recreación y transgresión a las normas sociales y morales impuestas en aquella época. 

El Swing Criollo no es un ritmo musical sino una forma de bailar. 

Aunque muchas veces al swing criollo se le denomina cumbia, este baile no corresponde a la cumbia característica de los bailes tradicionales colombianos.

En la medida que tanto su estructura como sus características básicas fueron creadas por las clases populares del Valle Central costarricense. 

En relación con esto se dice que los pasos del swing criollo fueron tomados del swing de las grandes bandas estadounidenses, propias de los años 40s y 50s; pero,

Lee: Lista con los Dichos más populares de Costa Rica y su Significado. (Mae, Chunque, Tuanis...) 


Teorías del Origen del Swing Criollo Costarricense


Hay varias explicaciones o versiones diferentes que teorizan cómo el baile swing criollo nació en Costa Rica.

Una de ellas es que los pasos del swing criollo fueron traídos por los camioneros que iban a los Estados Unidos o bien por la gente que iba de viaje a EE. UU lo traían de vuelta a Costa Rica, ajustándolo al ritmo de la cumbia.  

Otra versión dice que en la zona americana de Quepos había un salón recreativo donde los residentes gringos veían películas, bailaban y escuchaban música de las grandes bandas de Glenn Miller, Tony Doors y otras. 

En esa zona americana obviamente era como estar en USA, de allí los trabajadores ticos se comenzaron a influenciar por el swing de las grandes bandas y lo adaptaron a la cumbia.  

En el siguiente vídeo puedes escuchar cómo es el swing americano (canción de Glenn Miller): 




Hipótesis que tiene más peso del origen del Swing Criollo Costarricense


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La versión que tiene más peso (hasta la fecha) dice que los pasos del swing criollo provienen del Rock and Roll, cuyo conocimiento se pudo haber dado en Costa Rica, a partir de la película "al compás del reloj".

Esta película se constituyó (a mediados de los años 50s) como una de las primeras películas en las que se difundió este ritmo. 


Puedes escuchar esta canción a continuación: 



La estructura del Swing Criollo y el Rock and Roll es la misma, de modo que pudieron ser aprendidos y reutilizados para bailar las cumbias que en ese entonces tocaban las orquestas ticas, ahí se cree que comenzó todo. 

De acuerdo con esta perspectiva, el swing criollo nació como una adaptación realizada por los bailarines de la época quienes ejemplificaron sus capacidades de creación e improvisación de nuevos pasos, al calor de la cumbia colombiana que entonces era interpretada por orquestas.

Lo cual permite reiterar el sincretismo cultural que siempre ha existido entre la danza y la música popular. 

En consecuencia, sea cual fuere la versión más acertada del origen del swing criollo, el arte de improvisar permite también referirse a la importancia que tiene esa disposición presente en los bailarines y bailarinas.

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Contextualización histórica del Swing Criollo:

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En la época de 1930, en Costa Rica había una gran inestabilidad económica, desempleos, pobreza, bajos salarios y reformas sociales. 

Esto abrió una gran brecha entre sectores elitistas y populares; ruptura que se vio manifestada en las formas de socialización y expresión cultural. 

Esta situación se reafirmó aún más en la época de 1940, que con el periodo político liberal, se conformó un discurso social civilatorio y nacionalista, que legitimaba modelos de manifestaciones artísticas oficiales así como también de los espacios idóneos para ello. 

Todo esto tuvo la oportunidad de llevarse a cabo, en la medida en que también la
dinámica de la economía y los cambios en los patrones de poblamiento; trajeron como
consecuencia una redistribución de las ciudades. 

En este sentido, desde finales del siglo XIX, San José se volvió uno de los principales centros de atracción para la población costarricense, pues la diversidad laboral que ofrecía, con industrias, comercios y servicios, presumía una mejor calidad de vida. 

Como ejemplo se puede mencionar que, comparativamente con otras ciudades, San José contaba con servicios públicos muy propios de ciudades modernas, entre los que se encontraban: alumbrado público, amplios bulevares y paseos.

Así, para el siglo XX la capital se consolidó como eje político, económico,
industrial, comercial y cultural, con respecto al resto del país. 

Igualmente, los cambios en los patrones de asentamiento de la población josefina, trajo consigo una jerarquización social y arquitectónica de la ciudad misma; lo cual se reflejó en la emergente construcción de casas de habitación muy lujosas.

Es importante señalar que así como San José reunía una élite claramente reflejada en los distintos barrios que fueron formándose a raíz de una organización de la ciudad diferenciada; en los barrios del sur, contrastaban aquellos sectores ocupados por obreros, artesanos, comerciantes, y otros grupos poblacionales, con un desarrollo económico menos favorecidos. 

En sus inicios, bailar swing criollo era estigmatizado por la sociedad costarricense. 

Las personas que lo practicaban eran tachadas de vulgares y se discriminaban como personas de baja reputación y de estratos sociales bajos(pobres). 

Por lo tanto, el swing criollo se relegó a las clases populares y obreras. Estas se encargaron de practicarlo en los salones de baile y otros espacios donde se consolidó su práctica. 

En algunos salones de baile, concretamente de la capital(San José), se colgaban rótulos o avisos donde se advertía: "Se prohibe bailar Suin". 

Los dueños de los salones de baile no querían que sus establecimientos adquirieran "mala fama" por dejar a sus clientes bailar swing criollo. Pensaban que era un baile de pachucos. 


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En cuanto a investigaciones publicadas respecto al tema específico del baile
popular, se cuenta con el documental “Se prohíbe bailar suin de Gabriela Hernández, presentado en el 2003 en la Muestra de Cine Costarricense.

Con base en lo anterior, es fundamental reconocer el swing criollo como una práctica cultural que marcó pautas de relación entre quienes lo empezaron a asimilar y los modelos socialmente moralistas y de comportamiento éticamente aceptados por la sociedad josefina de mediados del siglo XX.

Así mismo los procesos de cambio social y cultural a los que se enfrenta la sociedad costarricense han provocado modificaciones en las expresiones culturales y sociales, contemplándose esto muy claramente, hoy día, en el swing criollo.  

En los años 70s y 80s, este baile se fue popularizando hasta llegar a convertirse en el baile nacional por excelencia de Costa Rica. 


Los principales responsables de esto, son los llamados bailarines de la "VIEJA GUARDIA

Estos bailarines llamaban mucho la atención por su manera de bailar en los salones de baile de San José y así fue como comenzaron a influenciar a las siguientes generaciones. 

Swing Criollo a profundidad: 


Puede decirse que la raíz del swing criollo se establece a partir de tres acontecimientos colectivos que influyeron directamente en el surgimiento de este tipo de baile; estos son:
  1. IMPROVISACIÓN DE PASOS
  2. ESPACIOS DE PROHIBICIÓN
  3. PERSONAS QUE LE DIERON VIDA
1. La improvisación de pasos se refiere al momento en que se empezaron a crear los movimientos característicos del swing criollo entorno a los cuales se fue conformando la particularidad que encierra este baile; la cual le sirvió para marcar diferencias con aquellos otros ritmos del momento e incluso con la misma cumbia colombiana de cuya música este baile se beneficia. 

El swing criollo no es como la salsa o el merengue que tienen sus pasos definidos y propios, este se va dando mientras vas oyendo la música pues el swing criollo no tiene un paso definido. 

La esencia del swing criollo es la improvisación. 

El swing criollo desde sus orígenes se constituyó como una expresión cultural meramente dancística, la cual se estructuró a partir de las melodías que se comenzaron a interpretar; es por este motivo que se habla de una improvisación, a la hora de querer explicar esa espontaneidad con que los bailarines y bailarinas costarricenses adaptaron una serie de movimientos y figuras a músicas y cadencias foráneas. 

De este modo, los inicios del swing costarricense suponen la reinvención cotidiana y paulatina del mismo, que más allá de referirse a procesos unilaterales, se representa como vivencias múltiples y complejas en los escenarios de baile. 

No obstante, aunque el hecho de entender que la improvisación de un paso aunque pueda verse como una expresión individual en la que cada sujeto experimenta la conciencia de su propio cuerpo y el entorno para desplegar los movimientos y cadencias que le salen al instante, ésta remite más bien a una labor conjunta, donde tiene cabida la inter-subjetividad de los bailarines y bailarinas. 

Estos comunican entre sí los pasos creados y, por lo tanto, se da una transmisión de conocimientos surgidos en torno a lo que es el baile, las posibilidades expresivas que cada quien le ha encontrado, las sensaciones que les despierta y que al final terminan por compartirse en el despliegue de los movimientos.


Así, la improvisación de pasos, puede entenderse además como la materialización de un hecho mediante el cual la cultura local costarricense, representada en estos grupos de bailarines y bailarinas que compartían sus vivencias al calor de las pistas de baile; se apropiaron de un elemento ajeno, y más allá de asumirlo tal cual les fue dado, lo recrearon y convirtieron en un recurso cultural propio, en torno al que comienzan a generarse sentidos de pertenencia e identidad. 

Concepto: El swing criollo no es un ritmo musical sino una forma de bailar la cumbia en Costa Rica.


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2. Los espacios de prohibición son aquellos lugares también llamados espacios dancísticos, los cuales se dio la practica de esta manera de bailar y, por lo tanto, se produjo social y culturalmente, como parte de las rutinas de quienes lo bailaban.

Para hablar de swing criollo no basta con mencionar sus posibles orígenes de los pasos si no se toman en consideración los espacios en donde tuvieron arranque los procesos de creación e improvisación y. por consiguiente, la práctica del mismo.  

En este sentido, el tipo de movimientos que caracterizaron al swing, tales como los brincos, se encuentran relacionados con el tipo de lugares en donde se pudo gestar, más si se toma en cuenta que para los años 50s históricamente se ha hecho referencia a un contexto sociocultural claramente estratificado, con pautas de comportamiento y de convivencia social muy definidos; 

por lo tanto se atañe a los sectores populares conformados por obreros, taxistas, prostitutas, aquellos que pudieron reproducir con libertad tales movimientos, y además recrearlos a su manera.

Aquí es donde tiene cabida mencionar el hecho de que el swing criollo fue considerado por la cultura élite como vulgar y pachuco.

Que se bailaba en salones donde no sólo asistían los sectores sociales desprestigiados por esa cultura, sino que también estos lugares fueron estigmatizados por permitir la práctica del ritmo, trayendo como consecuencia que en otros lugares se prohibiera; tomando en cuenta que dentro de eso parámetros, las melodías de cumbia interpretadas eran consideradas de baja calidad.

Las anteriores afirmaciones llevan a reflexionar sobre la asociación presente entre swing criollo, espacios de baja reputación y todo un gremio de personas también consideradas de baja calidad, en el cual se llegaron a agrupar a taxistas, prostitutas, obreras de fábrica, empleadas domésticas, entre otras. 

Si bien cada bailarín se movía en diferentes esferas de la vida cotidiana, marcadas por el trabajo, la familia, los amigos, el barrio en el que vivía, etc.; 

llama la atención cómo su relación con este baile y su asistencia a determinados lugares en los que se daba la práctica fueron hechos suficientes para agruparles bajo una misma categoría social, que no sólo les desprestigiaba sino que, además, invisibilizaba todo el simbolismo que había detrás del fenómeno que estaban construyendo en conjunto.

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Entre los lugares para bailar más destacados en los cuales se gestó y difundió el swing criollo se encontraban: 

Mi Oficina, 

Bambú, 

Cañaveral, 

El Sétimo Cielo, 

Mi primer amor, 

ElHerediano, 

El Gran Parqueo, 

La sodita El Valle, 

El Barco del amor, 

Neptuno, 

La Terraza,

Discoteca OK, 

El Pirus, 

La Carreta, 

Bar Campos, 

El Arca, entre otros.

Ya para los años 70as, 80as y 90as, se reconocen Palermo, El Montecarlo y El Andaluz. Este último estaba ubicado en San Juan de Dios de Desamparados. 

En consecuencia, lugares como salones de baile y cabarets se consideraron espacios
prohibidos para el entretenimiento de sectores sociales privilegiados; 

lo cual además de profundizar ese abismo de segregación hacia aquella otra población, deslegitimó toda una nueva forma de expresión cultural que se había generado en torno a la creación y vivencia grupal de una nueva forma dancística.

Lo interesante también es que a la par de este proceso censurador, al interior de esos
espacios prohibidos, la práctica del swing criollo noche a noche se consolidaba, a medida
que pasó a representar un elemento de cohesión e identificación en los grupos que lo
bailaban y que al mismo tiempo era una contestación tácita a lo establecido. 

Así, en estos lugares se hizo posible el despliegue de espontáneos movimientos corporales por parte de esos bailarines y bailarinas que compartieron y experimentaron el baile como medio de expresividad, gracias a lo cual certificaron toda una forma de entretenimiento dentro de ése universo sociocultural.

Si la improvisación de pasos se lee como un hecho cargado de significados compartidos sobre el baile; los espacios dancísticos, es decir, aquellos salones en los cuales se dio la oportunidad de ejecutarlo y, por ende, experimentarlo en grupo, fueron trascendentales para la configuración de esas formas comunes de interpretar el baile gracias a las cuales esos bailarines y bailarinas, a pesar de la estigmatización con que cargaron, continuaron reproduciéndolo y dándole protagonismo entre los fenómenos presentes en su vida cotidiana.

De ahí que dichos espacios, en tanto que espacios físicos con sus características particulares de localización, ambientación y personas que los frecuentaban; al permitir en su interior el despliegue del swing criollo y, por consiguiente, la reunión de bailarines y bailarinas en torno a esta actividad, facilitaron y fortalecieron la configuración de representaciones sociales sobre dicho baile.

Así, cuando los bailarines y las bailarinas se empezaron a encontrar en los diferentes lugares donde podían practicar los nuevos pasos creados en compañía de otros, se proporcionó el entorno necesario para que ellos y ellas mismas empezaran a construir el fenómeno, determinar sus características, diferenciar a los y las que lo bailaban o estaban relacionados con él, establecer pautas de comportamiento y disposición del cuerpo, discriminar los lugares en los que se permitía, reconocer los sentimientos que despertaba;  

entre otros aspectos estrechamente vinculados con la creación simultánea de las representaciones que les proveían de esa comodidad para actuar, apropiarse del fenómeno y de los valores oficiales del grupo, pese al desprestigio social y simbólico que esto acarreaba.

3. Las personas que le dieron vida al baile "los pachucos" son todos los bailarines y bailarinas, quienes motivados por lo que el nuevo baile les despertaba, se encargaron de darle protagonismo en diferentes espacios dancísticos, como por ejemplo, los salones de baile. 

Lo anterior permite introducir otro elemento importante en la posible reconstrucción de la historia del swing criollo, el cual se refiere a quiénes fueron esos bailarines y bailarinas que se encargaron de crear esta forma de bailar y darle trascendencia en la esfera sociocultural costarricense.

La raíz popular del swing criollo es innegable, por lo cual se relaciona ya no sólo con su práctica en lugares prohibidos para las prácticas decentes y legitimadas dentro de las representaciones sociales construidas sobre el buen hacer y buen vivir; 

sino que además por el hecho de haber nacido dentro de sectores sociales  desprestigiados por ésa cultura dominante, la cual al mismo tiempo en que configuraba los representaciones sobre los lugares de práctica, se encargaba de estigmatizar a los bailarines y las bailarinas del "suin" con apelativos como gente pachuca, chusma o maleante, que además de condensarse en un mismo gremio social se atrevía a reproducir un baile inaceptable. 

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Aunado a esto, los atuendos que lucían para ir a bailar, terminaban por complementar esa imagen del ser pachuco que también se extendió al acto mismo de practicar el swing y asistir a aquellos lugares en los cuales se permitía todo su despliegue.

La gente que se encargó de improvisar y originar un híbrido cultural como lo es este baile en los salones josefinos, provenía principalmente de San José y sus alrededores como Hatillo, Tibás, Calle Blancos y Desamparados.

En consecuencia, el ser bailarín o bailarina de swing criollo y sobrellevar el pachuquismo y demás estereotipos como parte constitutiva de esta identidad, a la luz de hoy puede interpretarse como un hecho que acompañado de formas comunes para moverse y situarse en el fenómeno mismo; trasgredió el riesgo de ser excluidos y ridiculizados y se situó en otra forma de construcción cotidiana de la interacción social de entonces, acompañada de una floreciente nueva estética y una discursividad de lo que significó para ellos y ellas esa propuesta.

Como se baila el Swing Criollo = Bailarines de la "Vieja Guardia"

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Como elemento importante dentro del surgimiento y reproducción del swing criollo se encuentran sus primeros y primeras representantes, que aquí se denominan como bailarines y bailarinas pioneras, expresión con la cual se intenta resaltar que fueron ellos y ellas las que le dieron vida a este tipo de baile al hacer de la improvisación de pasos un recurso básico para su formación y luego para ser reconocidos por sus destrezas y formas originales de combinar los movimientos.

Carlos "Gringo" Moreira, bailarín de la "vieja guardia", se atribuye así mismo la creación de bailar swing con varias mujeres a la vez. 

En el vídeo podrás ver como se bailaba el swing criollo en los 80s y 90s: 



Algunos nombres de los principales bailarines de la "VIEJA GUARDIA" o pioneros del Swing  Criollo son: 

  • Ligia Torijano (una de las principales promotoras del SWING CRIOLLO), 
  • Carlos "GRINGO" Moreira
  • Jaime Calderón
  • Eduardo "Campanera" Guzmán
  • Carlos "Primo" Jiménez
  • Cecilia Méndez
  • Patricia Rodríguez
  • Walter "Cupido" Morales
  • Daniel Hernández Solano"tito", 
  • Maricel, 
  • Julio Waterhouse, 
  • Pelusa(se cree que fue el creador de los pasos de Swing), 
  • Carioca, 
  • Turco, entre otros.


Salones de baile antiguos donde se bailaba "suin":


Algunos salones de baile antiguos donde se bailaba Swing Criollo fueron: 

  • Bambú, 
  • Cañaveral, 
  • El Séptimo Cielo, 
  • Mi Primer Amor, 
  • Montecarlo, 
  • La Galera, 
  • Mi Oficina, 
  • El Herediano, 
  • El Versalles, 
  • El Gran Parqueo(san rafael abajo, desamparados), 
  • El Jorón, 
  • El Cruceiro, entre otros. 
En estos sitios se congregaba la "chusma" y los "pachucos" josefinos, representada por obreros, taxistas, servidoras domésticas, peones, oficinistas, dependientes de tiendas, secretarias, prostitutas entre otros. 

Evolución del Swing Criollo (jovenes bailando Swing):


Este baile ha enfrentado diversas transformaciones a lo largo de los años que se han visto reflejadas en la proliferación de nuevos bailadores, quienes no necesariamente se encuentran asociados a los sectores marginados de la sociedad. 

Actualmente encontramos salones de baile, en los cuales, la práctica del swing criollo se ha mantenido firme ante los cambios generacionales y musicales del ritmo. 

Allí encontramos personajes de la vieja generación de bailarines y bailarinas de swing (vieja guardia), quienes estuvieron vinculados con su surgimiento y desarrollo en otros salones de baile josefinos.

Del mismo modo, en estos espacios sociales se congregan nuevas generaciones de jóvenes bailarines (nueva guardia), que se han encargado de recrear y transformar los movimientos y pasos de baile; 

conformándose así una nueva generación de reemplazo, gracias a la cuál el baile del swing criollo adquiere vigencia y trascendencia social. 

Por lo tanto, al margen de la idea de la prohibición se gestan nuevas percepciones del baile como forma de esparcimiento, recreación y deportiva. 

De este modo es tanto el alcance como las interpretaciones del swing criollo costarricense, que hoy día encontramos academias de baile que enseñan este ritmo, planes de estudios de la Universidad de Costa Rica en los cuales se incorpora dicho ritmo dentro del aprendizaje de los bailes populares, salones de baile donde semanalmente se imparten clases de "suin" en forma gratuita y profesores de baile que dan clases de swing criollo de manera independiente. 

Es necesario mencionar que dentro de la dinámica de bailarines de swing criollo existe toda una reinvención del mismo; puesto que a través de la trayectoria histórica de este baile, se han asumido cambios en su musicalización, así como también en la reinvención y la recreación de los pasos. 

Esta serie de elementos generan significados objetivados de la práctica del swing criollo y, por lo tanto, se considera conocimiento y se transmite como tal. 

En el siguiente video, puedes ver a Sergio Sarmiento(yo) y Shirley Jiménez. Fieles exponentes de la "Nueva Guardia" del swing criollo costarricense. 

Si viste el vídeo anterior, notarás la evolución que ha tenido el "suin" a lo largo de los años: 




Salón Karymar: Lugar donde convergieron la Vieja y Nueva guardia del Swing! 

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Este "chinchorro" que ves en la imagen de arriba, era el Salón Karimar en Guadalupe (anteriormente se llamaba Ipanema). Se ubicaba en Guadalupe, Costa Rica y fue el lugar donde se reunieron generaciones viejas y nuevas de bailarines y bailarinas de swing criollo allá por los años 2000. 




Puedes saber la historia completa de este salón de baile aquí.


Popularización del Swing Criollo a través de los años:


Uno de los factores que contribuyó mucho a la popularización del Swing Criollo fue un programa de televisión llamado: Fantástico y sus Piratas del Ritmo de Canal 7 (Teletica), donde se mostró de manera masiva la existencia de este baile en Costa Rica, y con ello toda una trayectoria de práctica, pues se pudo ver cómo un ritmo claramente estructurado, con bases definidas y bailarines con conocimiento y dominio del mismo.

La proyección de este programa se dio gracias a Leonardo Perucci, en canal 7, más o menos de 1988 a 1996, en cuya sección de “Los Piratas del Ritmo” se invitaba a participar y concursar a los bailarines de swing

De este modo, llegaban a competir parejas identificadas con determinados salones entre los que se encontraban: Karymar, Tania, El Cuchi frito, entre otros.



Declaratoria oficial del Swing Criollo como Patrimonio Cultural de Costa Rica: 


El 30 de Noviembre de 2011, la presidenta de Costa Rica: Laura Chinchilla Miranda, y el ministro de Cultura y Juventud: Manuel Obregón, declaran al baile popular denominado SWING CRIOLLO “como una de las expresiones dancísticas del patrimonio cultural inmaterial de Costa Rica”.

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Aunque desde Noviembre del 2011 se aprobó el decreto, fue hasta en 03 Mayo del 2012 que oficialmente se anunció con la publicación del decreto ejecutivo No. 37086-C en el diario "La Gaceta".

En los siguientes vídeos podrán tener una breve reseña acerca de la HISTORIA DEL SWING CRIOLLO y podrán ver como se baila:





Cambios en la música para bailar swing:


La música es uno de los elementos más importantes en la historia del swing criollo; gracias a ésta y a la habilidad de los bailarines y las bailarinas para improvisar pasos, este ritmo popular se distingue por su carácter híbrido y al mismo tiempo por ser representativo de diferentes sectores sociales que se han visto relacionados con él.

Es interesante anotar que tanto bailarines y bailarinas de la nueva y vieja guardia, coinciden en mencionar que actualmente la música o canciones que se utilizan para bailar swing criollo se ha modificado debido a la introducción de adaptaciones musicales y mezclas de djs.

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Para las personas de la nueva guardia, el cambio que consideran más evidente en la
música característica del swing criollo corresponde a la introducción del sonido de la
guacharaca en todas las piezas; lo cual ha permitido no sólo modificar las melodías
tradicionales de la cumbia, sino también jugar con melodías provenientes de otros ritmos,
con lo cual se logra que queden adaptadas para el ritmo de este baile.

A modo de ejemplo se pueden citar algunos ritmos que los bailarines y las bailarinas
identificaron como aquellos de los cuales se toman piezas prestadas para convertirlas al
ritmo de la cumbia con guacharaca: cumbia colombiana, argentina, mexicana; reggaetón, salsa, merengue, rock and roll y pop.

De esta manera aunque para los bailarines y las bailarinas del grupo de la nueva guardia se siguen bailando piezas de la cumbia colombiana, la incorporación del elemento técnico en el manejo musical, al igual que la posibilidad de ponerle el sonido de la guacharaca a las piezas; han contribuido con la modificación del estilo musical tradicional y por ende se mantiene vigente entre aquellas personas que se integran en esta generación.

Para los bailarines de la vieja guardia; la música actual no corresponde con las melodías propias del swing criollo que bailaban en años anteriores, pues además de incluir canciones de grupos actuales, se da el caso de que los Djs al efectuar las mezclas musicales cortan las canciones produciendo que el bailarín se confunda al bailar y no pueda familiarizarse con la pieza.

Entretanto para las demás personas que integran el grupo de la vieja guardia, las facilidades tecnológicas han permitido que la música que se utiliza ahora para bailar swing criollo incluya piezas adaptadas de otros ritmos como por ejemplo reggaetón.

Esta adaptación se logra con los programas de edición por computadora por medio de los cuales se introduce el sonido de la guacharaca, permitiendo que las piezas se oigan con el ritmo de la cumbia y que por tanto se puedan bailar como swing criollo.


Conclusión:


Como vimos el swing criollo se baila actualmente en todos los salones de baile de Costa Rica, dimos un repaso del origen del Swing Criollo Costarricense y su trayectoria histórica. 

Además, se determinó quienes fueron los bailarines que dieron los primeros pasos y los salones de baile donde empezó este fenómeno dancístico en Costa Rica.

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